Un grupo de jóvenes presidiarios de una remota colonia penal de Australia ponen en escena la primera obra de teatro representada allí. Para montar la obra El oficial de reclutamiento, el teniente Ralph Clark tiene que hacer frente a una serie de problemas que no suelen darse en los ambientes profesionales del teatro, como son: dos únicos ejemplares de la obra, un reparto de criminales convictos, o tener que ensayar al aire libre. Un año antes, este oficial de infantería de marina, había acompañado a los presidiarios que eran transportados desde Inglaterra a esta nueva tierra, siguiendo los relatos del capitán Cook. Con esta novela el autor celebra el bicentenario de la primera flota que salió de Inglaterra, en 1787, y lo hace a través de estos presidiarios y sus guardianes, que se ven obligados a forjarse una vida en un territorio inexplorado y a menudo aterrador.