El viajero de las cuatro estaciones
Se caracteriza por la profundidad psicológica de sus personajes, que abren la inteligencia del lector a la historia contemporánea a través de unos emigrantes que, huyendo de sus respectivos países - Grecia, Turquía, Palestina -, llegan a América, a la lejana Chile, con la esperanza de un lugar en el que encontrar u refugio definitivo y digno para sus existencias. Estos jóvenes de procedencia, lengua y culturas diferentes crean su propio mundo mágico tratando de mantener lo esencial de su pasado incorporándolo a su presente americano, donde lo nuevo se une a lo viejo. La novela refleja la sorprendente capacidad humana para establecer solidaridades y complicidades que generan un fuerte sentimiento comunitario, transmitiendo estos personajes toda su ternura y sensibilidad.