El autor narra su estancia en Tierra Santa, describiendo lugares, costumbres, personas que ha encontrado, etc. Aunque nunca se conformó con el flash fotográfico, esta vez da un paso más y se atreve a juzgar. No se anda con tapujos. Formula revolucionarias sugerencias sobre cuestiones trascendentales. "Multiplicidad de religiones, ¿por qué?" "El Papa en Roma, ¿por qué?" "¿Por qué tanto odio entre hermanos?" Da la impresión de que el autor, no sin mucho sufrimiento, ha gritado: ¡basta! Defendido por unos y atacado por otros, el autor fundamenta su postura con indiscutible rigor y narra los hechos con luz meridiana y con su ya probada insobornable sinceridad.